- Dimensión moral: Consiste en capacitar a las personas para resolver de modo responsable y autónomo las alternativas o conflictos axiológicos que se les presentan. Dentro de esta dimensión encontramos enfrentadas la heteronomía moral (interiorización de las normas de otros) y la autonomía moral (construcción personal).
- Dimensión social: Prepara a las personas para la sociedad e interviene en ésta ante situaciones de conflicto o de degradación de la vida humana. El interés de esta dimensión se centra no en conocer la realidad educativo-social, sino en transformarla interviniendo en ella mediante presupuestos y estrategias que promuevan una modificación en el comportamiento de las personas.
- Dimensión económica: Consiste en equilibrar la disparidad educativa observada entre los grupos sociales, sexuales, étnicos e inmigrados, ya que en la sociedad actual el desempleo afecta, sobre todo, a los menos cualificados. El nuevo humano que requiere la sociedad debe tener tres características: adaptabilidad, autonomía y creatividad.
- Dimensión política: Relaciona la educación con la vida pública en general y con el Estad en particular.
Si nos fijamos en los numerosos artículos sobre educación que se publican cada día en todos los periódicos tanto nacionales como internacionales, podemos observar que cada artículo se centra en alguna de las dimensiones antes mencionadas. Teniendo esto en cuenta, me ha llamado la atención el siguiente artículo publicado en el periódico EL PAÍS:
La educación: la gran asignatura pendiente
A medida que leemos el artículo, podemos relacionarlo cada vez más con la dimensión política de la educación. Como bien defiende Luis Garicano, los grupos políticos de nuestro país han utilizado la educación a su antojo durante años. Cada vez que un partido político llega al poder en nuestro país, se realiza una nueva reforma educativa con numerosos cambio que causan estragos tanto en los alumnos como en el profesorado.
A pesar de estos numerosos cambios, las cifras siguen sin mejorar. Las tasas de abandono escolar y jóvenes desempleados se mantienen en la misa línea. En lugar de preocuparse por cómo mejorar el sistema educativo, los partidos políticos se limitan a como adaptarlo a sus propios pensamientos, poniendo y quitando asignaturas como la religión.
Para conseguir un buen sistema educativo tenemos que sentar unas bases educativas solidas, resultado del consenso entre todos los grupos políticos. Sólo así podremos tener un sistema educativo favorable, tanto para el Estado como para toda la población.
Referencias:
Lectura obligatoria, Educación y dimensiones de la educación.